Preguntas a unx organizadorx sindical: ¿Existen formas de que los mandos intermedios del sector privado formen un sindicato?

Tengo un puesto de mando intermedio en una organización sin fines de lucro en la que el personal se ha sindicalizado. Ya leí su respuesta a una pregunta anterior sobre los sindicatos de mandos intermedios, y definitivamente me sonó muy familiar: muchxs de nosotrxs sentimos que no podemos influir en un cambio real; estamos sobrecargadxs de trabajo y nos encantaría sindicalizarnos. Se entiende que la NLRB no nos protege legalmente para sindicalizarnos, y aunque me animaron mucho los ejemplos que compartieron, creo que pertenecen a una categoría totalmente distinta, ya que todos esos sindicatos de mandos intermedios son para empleadxs públicos. ¿Existen formas de que los mandos intermedios del sector privado formen un sindicato?

- Gerente media curiosa

No me sorprende oír que esto resonó contigo y con muchxs de tus compañerxs de trabajo. La buena noticia es que la respuesta sencilla a tu pregunta es sí, existen sindicatos de mandos intermedios en el sector privado, incluso dentro de las organizaciones sin fines de lucro. Si no anticipas que tu empresa se oponga a la sindicalización, es posible que el tema del mando intermedio ni siquiera se plantee mucho. Sin embargo, aún si crees que la dirección intentará impedir que se sindicalicen, eso no significa que todas las esperanzas estén perdidas. Todavía hay varias tácticas que tú y colegas podrían utilizar para conseguir formar su sindicato, tanto dentro como fuera del sistema legal formal.

En primer lugar está la cuestión legal: ¿tú y tus colegas cuentan realmente como directivxs según la Ley Nacional de Relaciones Laborales (NLRA)? Aunque es cierto que eso significaría que no tienen los mismos derechos laborales que tienen lxs trabajadores, el artículo 7 de la NLRA proporciona una definición específica de lo que constituye un "supervisor", y muchos de los llamados "mandos intermedios" no la cumplen. A menudo, parte del motivo por el que las personas en mandos intermedios se sienten frustradas en el espacio laboral es porque en realidad no son "mandos" en absoluto. De hecho, esta clasificación errónea de lxs empleados es una táctica anti-obrera tan generalizada, que una de las disposiciones de la propuesta de Ley federal de Protección del Derecho de Sindicalización (PRO) es limitar la definición de "supervisor".

Si eres o no "supervisorx" de acuerdo con la NLRA, eso no tiene que ver con tu título, ni siquiera con que alguien de la oficina se refiera a ti como "mi jefe", sino con el nivel de responsabilidad y autoridad que tienes en la práctica. Más concretamente, la NLRA define a lxs supervisores como personas con autoridad para, ya sea directamente o recomendando efectivamente tal acción a un mando superior, tomar medidas en nombre del empleador para "contratar, trasladar, suspender, despedir, volver a llamar, ascender, despedir, asignar, recompensar o disciplinar a otrxs empleadxs" de forma independiente, o "dirigirlxs o resolver sus quejas". Esta autoridad no puede ser de "naturaleza meramente rutinaria o administrativa", como un visto bueno de rutina, "sino que requiere el uso de un juicio independiente". En muchos centros de trabajo del sector privado las personas que actúan como "directivxs" intermedios sin autoridad real de gestión están sindicalizadas, a veces por separado del personal de menor rango, y a veces incluso juntxs en un gran sindicato. Esto es cierto tanto para los espacios laborales como las redacciones de noticieros sindicalizados, donde lxs redactores y lxs reporteros suelen estar juntos en una unidad de negociación; como para las organizaciones sin fines de lucro, como las organizaciones jurídicas, donde lxs asistentes jurídicxs, lxs abogadxs de menor rango y lxs de nivel medio que los "pseudo-supervisan" (pero sin autoridad independiente) pueden estar en sindicatos separados o en una única unidad de negociación, dependiendo del contexto y de si existe un conflicto de intereses.

Sin embargo, independientemente de los aspectos legales, la pieza más importante de su caja de herramientas siempre será su poder colectivo para organizarse como trabajadores. Como probablemente puedas deducir de esa larga definición de "supervisor", la NLRA tiene muchas zonas grises, y es habitual que existan argumentos creíbles tanto a favor como en contra de que una persona sea clasificada como "supervisor". Incluso si crees que tienes un caso legal sólido, tu empleador podría causarte dolores de cabeza si impugna frívolamente la cuestión.

Normalmente, los sindicatos no han ganado terreno presentando los mejores argumentos jurídicos o siguiendo las normas al pie de la letra, sino construyendo y ejerciendo el poder crudo de lxs trabajadores. En 2018, cuando lxs profesores de las escuelas públicas de Virginia Occidental y de todo Estados Unidos se declararon en huelga y consiguieron más para ellxs y para sus alumnxs, estaban participando en huelgas salvajes ilegales. Como nos recuerda la reciente ola de huelgas en las industrias del entretenimiento y del automóvil, retener nuestro trabajo es la fuente definitiva del poder de los trabajadores. Sin embargo, la exitosa campaña contractual de los Teamsters en UPS también muestra un resultado potencial alternativo cuando estás muy organizadx. Al organizar acciones colectivas para dejar claro a la patronal que podrían convocar una huelga, lxs trabajadores consiguieron extraer de la patronal concesiones por valor de $30.000 millones de dólares sin llegar a abandonar el trabajo. Trabajar dentro del sector repro dentro de otros espacios de justicia social también abre otras posibles tácticas. Aunque puede que a nadie le importe realmente si una empresa automovilística está a la altura de sus “valores declarados”, a menudo esas cosas sí importan en el caso de las organizaciones sin fines de lucro u otras organizaciones impulsadas por una misión. Emprender acciones colectivas internas puede mostrarles a los jefes que ustedes tienen la capacidad para escalar más las cosas y hacer el ruido suficiente para avergonzarlos ante la prensa, sus socios, lxs donantes y otros públicos importantes.

En última instancia, su contexto específico, los deseos de sus posibles afiliados y el sindicato con el que acaben trabajando contribuirán a dar forma a estas decisiones tácticas. Pero tú y tus compañerxs definitivamente tienen opciones.

Como primer paso, consideren la posibilidad de ponerse en contacto con el sindicato con el que trabaja el personal de menor rango, así como con los sindicatos que representen a personas en organizaciones similares a la suya, para hablar de su situación concreta y ver si estarían dispuestos a organizarse con ustedes. También pueden ponerse en contacto con el Comité de Organización Laboral de Emergencia, donde unx voluntarix se pondrá en contacto con ustedes para ayudarles a empezar. Los distintos sindicatos tienen capacidades, recursos y niveles de tolerancia al riesgo diferentes, así que puede que tengan que comparar. Si un sindicato te dice que no puede organizarlxs, eso no significa necesariamente que no encontrarán un buen lugar donde hacerlo. Pero si tú y tus colegas están dispuestxs a organizaros y perseverar, podrían estar firmando con un sindicato antes de que se den cuenta.